martes, 22 de octubre de 2013

2.2-. El oído.

El sentido del oído es el que nos permite percibir los sonidos, su volumen, tono, timbre y la dirección de la que proviene. El órgano de éste sentido es la oreja, que se estructura en tres partes diferentes: el oído externo, el oído medio y el oído interno.


Las vibraciones se transmiten a través del oído medio por una cadena de huesecillos: el martillo, el yunque y el estribo. Al mismo tiempo originan ondas en el líquido del oído interno, estos estímulos llegan al cerebro por los nervios auditivos superiores.

Los oídos son los órganos de la audición y el movimiento gracias a la estimulación de los receptores especializados: células ciliadas, que reaccionan ante las ondas sonoras transmitidas por el aire y el movimiento de la cabeza.

Las fibras nerviosas que provienen de la vía auditiva y las estructuras del equilibrio forman el nervio vestibulococlear, que lleva los impulsos nerviosos al cerebro para su interpretación.

Como ya hemos dicho antes el oído está dividido en tres partes la cuales son el oído externo, que está recubierto de cilios y glándulas secretoras de cera; el oído medio, por el que pasas las vibraciones; y el oído interno, en las que sus estructuras traducen las vibraciones a mensajes nerviosos. Vamos a profundizar un poco más en cada una de ellas.

El oído externo, está formado por el pabellón de la oreja y el conducto auditivo externo. El pabellón es la parte visible, un repliegue que está formado prácticamente por cartílago, que está cubierto por piel y pegado al cráneo, con forma de embudo, que envía las ondas sonoras hasta el conducto auditivo. Éste tiene en su entrada pelos cortos y gruesos; en su interior, glándulas sabáceas y ceruminosas, y al final, una tensa membrana llamada tímpano, donde llegan las ondas haciéndolas vibrar.

La otra parte es el oído medio, que es una cavidad llena de aire en el hueso temporal, que está entre el tímpano y el oído interno. El martillo, el yunque y el estribo son tres huesos diminutos que también están ligados al tímpano y transfieren las vibraciones del tímpano al oído interno.
Cabe destacar que en ésta parte también es importante la trompa de Eustaquio, que es una canal de unos 4 cm de largo que conecta el oído medio con lo alto de la garganta y su función es equilibrar la presión a ambos lados del tímpano.

Por último el oído interno, que también puede ser llamado laberinto, éste está compuesto por un sistema muy complejo de canales membranosos con un revestimiento óseo. En esta zona profunda del oído están el centro auditivo, que está ubicado en el caracol, y el control del equilibrio, que depende de las estructuras situadas en la entrada y en los canales semicirculares.

En el oído pueden existir algunas alteraciones, éstas pueden consistir en la pérdida de audición y zumbido en los oídos. Pueden aparecer natural y gradualmente a medida que las personas van envejeciendo.
Algunos tipos de alteraciones acústicas pueden ser la hipoacusia, hiperacúsia, acúfenos, diploacúsias o por exposición al ruido. Éstas son algunas entre otras pero nosotros vamos a explicar las que hemos nombrado.
La hipoacusia, hay distintos tipo de hipoacusia: hipoacusia conductiva, hipoacusia neurosensorial e hipoacusia mixta.
La hipoacusia conductiva se da cuando existe un obstáculo en el mecanismo de transmisión del oído pero el oído interno no se encuentra dañado. Esto se puede deber a causa de tapones de cerumen, perforaciones timpánicas o lesiones en los huesecillos del oído medio.
Las ondas sonoras al encontrar un obstáculo para llegar al oído interno buscan un camino alternativo que es la vibración ósea a través del cráneo. La sensación sonora en este caso será igual, aunque con menos intensidad, y alcanza los dos oídos internos prácticamente con la misma intensidad.
Este tipo de problemas auditivos tienen solución. Según la causa que haya provocado la alteración la solución será diferente.
La hipoacusia neurosensorial es cuando el sonido llega hasta el órgano Corti perfectamente y el problema se encuentra en el oído interno. Existen dos tipos de hipoacusia sensorial: cocleares, son las más comunes y se produce cuando el órgano Corti ha perdido células nerviosas; y retococleares, éstas están producidas como consecuencia de una lesión del nervio auditivo.
Por último la hipoacusia mixta que en realidad no es un tipo de hipoacusia diferente sino que en ésta participan los dos tipos de hipoacusia vistos anteriormente. Además la mayor parte de las hipoacusias que padece la gente son mixtas.
Otra alteración es la hiperacusia, que es la presencia de una audición superior a lo normal, aunque no existe como tal ya que es común que haya personas con mejor agudeza auditiva que otras.
Sin embargo existe un término ligado a hiperacusia que presenta una alteración, la algiacusia, que es una sensación dolorosa ante la presencia de algún sonido cuya intensidad no alcanza el umbral del dolor de los individuos normales.
Otra alteración más es los acúfenos, también llamados tinnitus o zumbidos del oído que son percepciones sonoras que aparecen en ausencia del estímulo sonoro exterior. Pueden ser de frecuencias agudas, graves, temporales o permanentes, presentarse de forma independiente o acompañados de múltiples enfermedades tanto del oído externo, medio o interno.
Hay varios tipos dentro de ésta alteración: los objetivos, que pueden ser percibidos mediante auscultación por personas ajenas al paciente, surgen como consecuencia de un fenómeno vibratorio de origen craneocervical, y en principio se deben a problemas de origen vascular y muscular; y los subjetivos, que solo son percibidos por la persona que los padece, si aparecen acompañados de otra enfermedad otológica no es importante pero si aparece como síntoma aislado la causa es bastante complicada y suele tener difícil solución.
Las diploacúsias hacen referencia a una alteración en la percepción de la frecuencia de los sonidos. Indica una alteración de las células ciliadas del órgano Corti.
Se diferencian entre diploacúsia monoaural, que implica la audición doble por un mismo oído, dicho oído percibe un sonido y un ruido al mismo tiempo, o bien dos sonidos de distinta frecuencia a la vez, suele ser muy poco frecuente; y la diploacúsia binaural, que se produce cuando un mismo sonido se percibe con distinta frecuencia para cada oído, es más común que la anterior.
Por último en el ámbito de las alteraciones auditivas nombraremos la pérdida de audición por exposición al ruido, en el que podemos distinguir tres tipos: el trauma acústico, que es un daño orgánico inmediato del oído por excesiva energía sonora, el ruido extremadamente intenso que llega a las estructuras del oído interno sobrepasa los límites fisiológicos de éstas produciendo una rotura completa y alteración del órgano de Corti. Como consecuencia de esto suele quedar una pérdida de audición permanente; el desplazamiento temporal del umbral inducido por el ruido es otro tipo de esta alteración y tiene como resultado una elevación de los niveles auditivos después de la exposición al ruido, en este caso la pérdida de audición es reversible; y por último el desplazamiento permanente del umbral inducido por el ruido, en este caso la pérdida de audición no es reversible y no tiene posibilidad de recuperación, puede surgir como resultado de un trauma acústico o por el efecto acumulativo de las exposiciones durante largos periodos de tiempo.

En cuanto al desarrollo de éste sentido en los niños, éstos comienzan a escuchar en el vientre materno y se perfecciona poco antes del nacimiento. En el momento del nacimiento la audición puede desequilibrarse debido al líquido que llena el oído interno como resultado del parto, éste líquido desaparece un día o dos después de nacer y la audición vuelve a estar bien.


A los tres días de edad los bebés puedes distinguir la voz de la madre de la de un extraño y muestran preferencias por la voz de su madre. Este reconocimiento tan temprano de las voces puede ser un mecanismo para establecer vínculos entre los padres y el niño gracias al reconocimiento de voces escuchadas mientras estaba en el vientre materno.
Incluso los niños son capaces de distinguir idiomas, mostrando una preferencia cuando los padres hablan en su lengua natal que cuando hablan en un idioma desconocido que no han escuchado antes durante el embarazo. También los bebés de apenas un mes pueden diferencias entre sonidos tan similares como “ba” y “pa”.

Algunas curiosidades sobre el oído pueden ser: según un estudio científico se asegura que los seres humanos procesan de distinta manera los sonidos, por ejemplo el oído izquierdo percibe mejor la música, mientras que el oído derecho, es mejor para escuchar cuando las personas hablan. Y otra más trata de que cuando masticamos un trozo de pan duro, oímos un ruido ensordecedor, mientras que si alguien hace lo mismo junto a nosotros apenas notamos algo, esto consiste en que este el ruido producido sólo existe para nuestros oídos y no molesta a los oídos que puedan estar próximos.
Otro experimento puede ser el de sujetar entre los dientes un reloj y taparse bien los oídos con los dedos. Entonces se escucharán unos fuertes golpes que son el tic-tac ampliado del reloj. 

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