miércoles, 23 de octubre de 2013

2.6-. La kinestesia.

El sentido de la kinestesia se puede decir que es nuestro "sexto sentido" y nos informa del mantenimiento de la postura de nuestro cuerpo. Proporciona
una orientación permanente en las dimensiones del espacio. Esta función no está asignada a un solo órgano ni a una serie o grupo de receptores, sino a una serie de estructuras.
La función de la kinestesia incluye las sensaciones que provienen de la posición y del movimiento de las diferentes partes del cuerpo. A través de esta sensación obtenemos información acerca del movimiento, la postura, el nivel de esfuerzo y el grado de tensión muscular. 
Los receptores que producen las sensaciones kinestesicas son los órganos tendinosos de Golgi, que están situados en los tendones y responden cuando lo músculos ejercen presión sobre ellos; los corpúsculos de  Pacini, que están situados en los músculos y responden cuando se produce una presión profunda sobre ellos; y las terminaciones nerviosas libres, que proporcionan información sobre el movimiento cuando se acompaña de dolor.

En general, lo que sucede es que cuando las diferentes partes del cuerpo de mueven estos receptores son estimulados por el estiramiento y la presión producida dando lugar con esto a  la estimulación kinestésica.

Para mover de forma voluntaria cualquier parte del cuerpo es necesario que el cerebro mande la orden para hacerlo, se puede considerar que para obtener información sobre el movimiento del cuerpo, el sistema nervioso central dispone de dos medios, uno a partir de la información que recibe de los receptores sensoriales y otro a partir de las ordenes que ha dado para la realización del movimiento.
Otras modalidades sensoriales, como la vista, el oído y el tacto, proporcionan indicios complementarios a este tipo de informaciones.
La kinestesia es entendida como una forma de sensibilidad profunda y debe ser muy tenida en cuenta en todas las programaciones sistemáticas de aprendizaje del sentido del equilibrio, se trata de hacer consciente la postura, el movimiento, con las partes del cuerpo implicadas practicando todas las posturas y modalidades posibles.

Con respecto a los trastornos del equilibrio podemos hablar del vértigo, que este puede tener varias causas. Es una alteración en el sentido del equilibrio, con sensación de inestabilidad y movimientos aparentes del propio cuerpo u objetos circundantes. Éste puede acompañarse de nauseas y mareos. Puede tener su origen en la ingestión de alcohol y drogas, ciertos fármacos en dosis elevadas, ya que estos productos son absorbidos preferentemente por las células ciliares del aparato vestibular.

La manera de la que debemos educar al niño para que este mejore su equilibrio está relacionado con la psicomotricidad ya que está relacionado con el equilibrio, aunque no todos los ejercicios de equilibrio esta ligados a la psicomotricidad. Se deben de aprovechar también las situaciones de la vida cotidiana para mejorar los umbrales y alcanzar el dominio de este sentido. Los ejercicios breves que vayan haciendo consciente cuales son las partes del cuerpo, las que se mueven o las que están inmóviles, que posibilidades tienen, como pueden mejorarlas,… 
Los juegos tradicionales son un ejercicio muy bueno como por ejemplo saltar a la comba, las carreras de sacos, andar a pata coja, correr hacia atrás,… Todos estos juegos tienen una fuerte habilidad kinestesica y de equilibrio. Lo interesante, en cualquier caso es la explotación a fondo del propio cuerpo, utilización al máximo los útiles, herramientas, objetos e instrumentos cotidianos y alcanzables.

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